Martes de: Animalitos y Plantitas.

Una verdad incómoda… pero muy, muy incómoda. Y es que apenas termine de leer a Al Gore y su libro sobre la “Crisis planetaria del calentamiento global y cómo afrontarla”.

Y como saben cuando se me pasa la cantidad de habanero en el desayuno, me pongo intenso, pues esto incremento en un 100% mi sensibilidad e intensidad respecto del tema – además del habanero -  pues si bien es innegable la triste y amenazante realidad sobre lo que le hemos hecho a nuestro planeta, también es cierto que cuando se ha tratado de elevar a nivel global un acuerdo, como el Protocolo de Kioto, las grandes empresas - petroleras sobre todo - han echado mano de todo su musculo corruptor para evitar que esto suceda en las magnitudes necesarias llevando a calidad de rehenes a más de un país respecto de su postura oficial ante el Protocolo.

Ayer alguien comento en el blog que necesitábamos un “Yo Confieso”, y se refería a todos los aspectos de nuestras vidas. Por lo tanto yo confieso haber ignorado este tema durante mucho tiempo y no lo haré más.

“Cada uno de nosotros es una causa del calentamiento global, pero, a la vez, cada uno de nosotros puede convertirse en parte de la solución”. Al Gore

Pero si en verdad podemos ser participes activos de la solución, ya que según los datos ahí presentados, estamos todavía a tiempo de poder controlar, detener y con el paso de los años revertir los efectos negativos sobre nuestro ecosistema, sobre nuestro “Hogar”; ¿qué estamos haciendo para detener el daño?

Al autor se le ha llamado “milenarista y apocalíptico”, sin embargo su visión a diferencia de la de muchos otros científicos nos deja un lapso de 10 años aún para poder detener esto y poder revertirlo. ¿No deberíamos de aprovechar esta oportunidad?

Sí, sin lugar a dudas, debemos de hacerlo.

Y es aquí donde las contribuciones personales juegan un papel preponderante en el resultado; existen limitantes en la vida de cada uno de nosotros, mayoritariamente causadas por el vertiginoso ritmo de vida, sobre todo, de los que vivimos en las grades metrópolis. Pero de que se puede, se puede y es por eso que los invito a que cada uno haga su parte: reciclando, usando menos el auto, no contaminando, ahorrando agua, etc. Las opciones son tantas y algunas tan simples, que no deberíamos de pensar que para cada uno de nosotros es imposible contribuir o que nuestra contribución es insignificante y por ello no lo hacemos. No, todo cuenta, todo suma… Súmate al esfuerzo por salvar nuestro planeta, nuestro hogar, pues solo tenemos uno.