Buenas tardes lectores, hoy casualmente leí el blog de un antiguo compañero de clases y cuando digo antiguo, créanme que es antiguo.
Y nada más cercano a la realidad lo que descubrí ahí, con (sin) permiso, pero citando la fuente tal y como se debe hacer en estos casos, me tomé la total libertad de extraer el texto e insertarlo aquí.
De cualquier forma aquí está la liga a dicho Blog, pues como dicen por ahí, lo que es del Cesar, pues al Cesar.
“Con un sentimiento extraño… algo pasa que te vuelves cada vez más intolerante. Las lágrimas en los ojos no mienten.
Hay algo que se llama instinto, que normalmente repelemos, pero aun así brota…. Es una advertencia de que algo no está bien.
Hay una gran inquietud en el interior, los focos rojos se prenden, la encrucijada se acerca… hay que tomar decisiones. ¿Cuáles? No lo sé ¿Qué es lo mejor? Tampoco.
Todo gira de manera repentina… tengo ganas de correr, de huir a donde nadie me juzgue, me presione, me amenace.
Hay que tener la facultad de estar consciente de las acciones, aceptar y corregir los errores y cerrar la mente y los oídos a todos los ataques de los que serás objeto en las próximas horas. La conclusión será muy sencilla: “No importa TODO los esfuerzos, los cambios o transformaciones, el veredicto será claro: CULPABLE y POR TU CULPA Y TU DECISIÓN”.
Quizás sea momento de aceptar realidades añejas que con el tiempo han sido negadas. El cambio es innato, permanente y sin fin.
Las amenazas son amenazas aunque se disfracen de diálogos, de advertencias o negociaciones. Toda forma implica fondo. Lo queramos ver o no. A mí me queda claro. Viene sin lugar a dudas la última estocada. No habrá negociación, solo presiones.
Hartazgo, fastidio, falta de sonrisas, son ya un factor común, más claro no puede ser. Todo es felicidad hasta que esta presencia llega. Ahí comienza el sueño, el malestar, el cansancio, el hartazgo.
Llegó el momento para saber que tan fuerte esta el instinto. Si engaña o alerta.
La única arma es la verdad y honestidad. Si la creen o simplemente no es suficiente, aunado a todo el camino recorrido, nada será suficiente NUNCA.”
¿Qué tal?
Jorge, felicidades, eres y siempre has sido muy elocuente escribiendo. No cabe duda que lo traes de cuna.
Pero ya saben que este espacio está hecho para la reflexión, y no podemos dejar pasar algo como esto sin ella.
Nuestro sexto sentido, conocido también como instinto, ese con el que nacemos, mismo que no se desarrolla con el paso de los años, sino que se va ocultando bajo una tonelada de reglas, normas y en más de una ocasión por miedo o pena a ser llamados locos.
¿Pero acaso no todos aquellos personajes que estudiamos como grandes en la historia, alguna vez fueron llamados locos? Sí, prácticamente todos, y parte de lo que los hizo grandes fue el hecho de haber seguido sus instintos, ya sea por un déjà vu o simplemente porque su vocecita interna les dijo que hacer o que no hacer. O muchas veces y más importante, qué decir y qué no decir, pues si uno se queda callado, casi siempre se tiene la oportunidad de expresar su pensamiento; si uno dice una estupidez, probablemente te deshagas en disculpas una vez que ya has provocado una guerra.
Personalmente, en las últimas semanas he venido haciendo un esfuerzo adicional por controlar mis instintos o bien a mi sexto sentido, sin embargo lo deje salir hace no muchos días y la gran sorpresa que me llevé fue que no se equivocó o no me equivoqué, como sea que se deba de apreciar.
Pero el texto de Jorge me llevó a reflexionar sobre lo que mi instinto me dice y tiene mucha razón, toda forma tiene un fondo. Y una amenaza, es eso, una amenaza.
Si evocamos aquí a la Sra. Catalina de Medici y sus lecciones sobre cómo sin estar, estaba ahí haciendo de sus enemigos y súbditos lo que a su gana le pegaba; pues tengo que hacerle caso a mi instinto y ver más allá de los hechos y las formas y buscar en el fondo quien está y quien no, todo esto sin dejar de hacer lo que sea necesario para obtener el resultado deseado.
¿Loco?; completamente y no tienen una idea de cuánto lo disfruto.
Linda y loca tarde…
Por cierto, ¿y mis invitados? Ya mañana es jueves...
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