El tema de hoy fue seleccionado por algunos de mis lectores, entre tres opciones, “familia, amigos o enemigos” y es por eso que siendo fiel a la promesa de compartir este espacio con todo aquel que quiera colaborar o sugerir… pues aquí les va la de hoy!!!
Enemigos, son lo contrario a mis amigos, no son nunca aquellos que me ignoran, no son nunca aquellos que sin intención pueden causarme un daño o un mal momento.
Son aquellos que basados en un sentimiento hacen realidad la expresión radical de la enemistad, esta se da entre personas, grupos de personas y naciones enteras.
Y lo hasta ahora escrito no parece más que la lección en un aula, ¿qué pasa con nuestros enemigos?, ¿En dónde están?, ¿Debo enfrentarlos?, etc.
Estas son las muchas preguntas que debiéramos de intentar responder sobre el tema, pero sobre todas, deberemos de responder a una:
¿Soy mi amigo o mi enemigo?
Tema personalísimo, pero que obliga a una reflexión o introspección muy profunda; somos usualmente nuestros mejores enemigos y nuestros peores amigos. No sabemos cómo perdonarnos un error, lo que causa grandes trastornos en nuestra vida y mucho más grave es que inconscientemente somos nosotros mismos los que boicoteamos nuestras capacidades y potenciamos nuestros defectos. Eso es exactamente lo que hace un enemigo, potenciar nuestros defectos, evidenciar nuestros errores, negarse a la oportunidad de escucharnos y nunca permitir tender puentes entre nuestras similitudes.
Podemos dedicar un número muy grande de páginas a revisar los datos históricos sobre los enemigos, sin embargo pienso que debemos de comenzar desde adentro, desde el punto en que más de una vez, nos enfrentamos a nosotros mismos y no nos permitimos ser amigos. Hace no mucho alguien dijo que estaba muy solo, le conteste que ese sentimiento se daba porque no aceptaba su propia compañía; no se daba permiso de amarse, respetarse y premiarse por sus pequeños o grandes logros.
Si comenzamos por ser nuestros mejores amigos y no enemigos, encontráremos un similitud enorme con lo que debemos de hacer con quienes nos rodean, y eso es ser tolerantes y empáticos. Esto no quiere decir por ningún motivo que debemos de poner la otra mejilla, sin embargo si deberíamos de saber porque recibimos esa primera bofetada.
En nuestra vida personal, familiar, profesional y en todos sus ámbitos, encontráremos personas que no concuerdan con nuestra forma de ser o de pensar, no por ello debieran pasar a ser nuestros enemigos. Todos tenemos agendas muy claras que cumplir, busquemos las coincidencias y tolerantemente construyamos sobre ellas.
Mañana jueves de invitados – espero que lleguen - hoy “Día Internacional de la trabajadora sexual”… ese si es otro tema, en el cual no me voy a meter, ni loco.
En algunos momentos de nuestras vidas nos tranformamos en nuestros peores enemigos,nos azotamos por errores cometidos,caemos en el gran error de no apreciarnos por diferentes situaciones externas que nos pueden abatir y nos hacen tambalear,el miedo se apodera de nosotros y ese es nuestro peor enemigo.
ResponderEliminarLa clave está en escuchar a nuestros angeles que llegan por diferentes circunstancias a nosotros; a veces se quedan a veces se van, pero marcaron un hito en nuestro paso por esta vida, y ellos se encargarán de mostrarte el camino y de enseñarte a amarte a ti mismo.
Sólo tienes que estar abierto para reconocerlos y escucharlos con el corazón.Gallard