¿Jueves o viernes “CHIQUITO”?
No importa en realidad cómo lo llame cada quien, lo importante es que llegamos a un día más de la vida de cada uno, triste pero seguramente algunos no lo lograron. Y este hecho me obligo a retomar una línea de la Locura del lunes, y es aquella en donde mencioné la posibilidad de algún día escribir un libro, titulado “Un Caballero Andante en el Siglo XXI”…
Y pues como todo libro, debe de tener una dedicatoria, un prologo escrito por algún famoso y un contenido, que si bien debiera de enseñar algo, en este caso solo pretende atrapar sus mentes y poder llevarlas lejos del lugar donde se encuentra su “envase”, para luego regresar y si el libro es lo que el autor quiso que fuera, obligarlos a transformar algo de lo que llena ese “envase”.
Ante la realidad de no tener un prologo aún escrito y mucho menos a un famoso dispuesto a hacerlo, pues hagamos de cuenta que esas páginas no nos llamaron la atención y después de leer la dedicatoria, démosle un vistazo a la primera media cuartilla del Capítulo I del libro titulado “Un Caballero Andante en el Siglo XXI”.
“A mis hijas, por siempre provocarme una sonrisa con solo pensarlas. Ahora saben porque casi siempre sonrió”.
LHGT
Capítulo I
No supo como llego aquí…
Un día abrió los ojos y se encontró parado frente al espejo; se toco la cara, el pecho, miró sus manos por ambos lados. Miró a su alrededor y se dio cuenta que se había caído, intento recordar el largo camino recorrido…No lo logró.
La mente le jugaba una mala pasada, el sabía que sabía quién era, pero no lo sabía y mucho menos lo recordaba.
¿A dónde había ido a parar su espada, su capa, su hermoso corcel blanco?
El sabía que sabía, pero no sabía que había sucedido.
Así que tomo sus ropas –unas muy diferentes a las acostumbradas– las vistió y se ato al cuello un pedazo de tela, no sin antes batallar con hacerlo de una manera que le parecía apropiada, sin embargo no atinaba que le estaba sucediendo.
Camino hacia el único camino posible a través de un hueco para entrar en otra habitación, ruidosa y muy fría, ahí vio caras conocidas… Su familia, sin embargo, todos lo miraron y dejaron de hablar y de hacer lo que venían haciendo. ¿Por qué? No tenía nuevamente la más remota idea de lo que pasaba, nadie corrió a sus brazos, nadie lo beso y mucho menos nadie le regalo la sonrisa que estaba acostumbrado a recibir…
Hasta aquí la primera media cuartilla del mencionado libro… La promesa de mostrárselos completo no se las haré atada a una temporalidad; requiere de un poco más de esfuerzo, para que este loco, loco de atar… deje de perseguir ese sueño y lo haga realidad.
Lindo, algo rosa... pero cute!!!
ResponderEliminar