Leer esta frase me hizo ir a buscar sus porqués; y es por enésima ocasión que confirmo que las formas son fondo, en la familia, en la empresa, en la política nacional e internacional, las formas son fondo.
Corría el año de 1942 y estábamos entrando en guerra, pero no la declarábamos por voluntad propia, ni asumiendo los costos de la misma bajo la lupa de los tratados internacionales. Estábamos reaccionando ante una agresión de parte de las potencias nazi fascistas, después del artero ataque a dos embarcaciones con bandera mexicana, que fue lo que provocó esta reacción, “La declaración del Estado de Guerra”.
Este como muchos otros vericuetos de la historia de México, requeriría de mucho más que este blog para ser estudiado, sin embargo ahí está la información, no en los libros de texto, pero ahí está para aquel que decida conocer más a su país; e igual y llegamos a entender un poco más del “Comes y te vas” más reciente, así como sus razones y sin razones; o como es que el General Napoleón elogió a uno de los próceres de la independencia de México por la hazaña lograda al romper el “Sitio de Cuautla”. y como es que la Doctrina Estrada no tuvo nada que ver en la decisión de llevar a nuestro país a ese “Estado de Guerra”, y mejor no me meto en la última “declaración” de guerra que se ha hecho en nuestro país, la “guerra contra el narcotráfico”, pues no es una guerra.
Y como saben que mis locuras no terminan prácticamente nunca, he de decirles y haciendo uso (no autorizado) de una frase de @germandehesa que versa así: “A toda mi entrañable clientela le aviso que no me estoy haciendo pato; ocurre que no entro en materia porque no encuentro materia para entrar”, que es por ello que cometí la falta, nuevamente falta, de no escribir el día lunes; pero digamos que además de no encontrar ninguna materia libre de residuos de habanero radioactivo, me encontraba bajo un “Estado de Guerra”, en las formas y en el fondo.
Y sin darme cuenta es que encontré el material para poder dejar volar otra vez mis dedos sobre este teclado y compartir con ustedes lo que pienso de la interacción humana, que en todos los entornos posibles, debe siempre de estar acompañada de una característica única e irremplazable; La tolerancia y esta a su vez de la total aceptación de diversidades, desde la raza, el credo, las capacidades inherentes a cada ser humano, afiliaciones políticas, culturales o de cualquier otra índole. El derecho a expresarse, a decir lo que se piensa, pero, ¿sabes?
Esto no sucede, ni en la familia, ni en la empresa, mucho menos en las comunidades. Estamos hoy como raza contaminados por las presiones diarias, por la economía, por la religión –este tema es otro tema– y por las muchas cosas que influencian nuestro comportamiento, entre ellas la mordaza a los periodistas y disidentes de cualquier forma previamente aceptada; Y sobre todo eso, no tenemos el valor cívico de hacer una declaración de guerra contra lo que nos hace daño, a veces, logramos declarar un “Estado de Guerra”; solo porque eso nos dicta la conciencia y la prudencia que como raza también nos ha caracterizado.
Creo que ya es hora de que dejemos de declarar “guerras” absurdas en contra de algún enemigo o a favor de algún aliado, tenemos como pueblo, como individuos responsables de todos y cada uno de nuestros actos que hacer que las cosas cambien, que evolucionemos hacía ambientes de desarrollo, donde nuevamente la agenda social o común prive siempre sobre las agendas personales o estúpidas hegemonías de poder.
“Si te golpean la rodilla, no es a tu rodilla a la que atacan.”-- YO
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