Día caótico el de ayer y finalmente no logre publicar lo escrito... El Próximo miércoles leerán un refrito de mis locuras de ayer y las que se acumulen para el próximo miércoles, hoy les voy a contar sobre mis pequeños grandes festejos.
Por una canción escuchada ayer -África de Toto- recordé una de mis grandes locuras...
Cuando llego el momento, en los años ochentas, de elegir universidad decidí por alguna razón que no recuerdo, que deseaba ser aceptado en el Tec de Monterrey; así que hice mis trámites, no presente examen en ninguna otra institución y espere ansioso en resultado del proceso.
Amigos, compañeros y conocidos eligieron seguir el mismo camino; y en diferentes fechas fueron saliendo los resultados... Unos aceptados otros sorpresivamente rechazados, una parte de estos últimos de los estudiantes más sobresalientes en aquella época.
Mi mama de sugirió veladamente que abriera mis opciones pero nunca acepte hacerlo.
Llego el día en que debía recoger el resultado, había pedido además ser aceptado mi transferencia al Campus Monterrey, si bien llegue a conocer la noticia, mi cara se lleno de júbilo.
Sí, me habían aceptado y aprobado mi transferencia: aclaro que nunca fui alumno de dieces, había otras prioridades en la vida.
Salí con mi carta de aceptación, la guardo, junto con la del IPADE y Harvard, este último trecho aun sin completar.
Me encamine a mi auto, un flamante Atlantic; me subí y puse el primer casete que me encontré; ¡guau! Toto, África y ese ritmo que te hace mover los pies y las caderas se forma involuntaria.
Comencé a manejar, periférico norte rumbo al sur era la ruta adecuada, me fui en sentido opuesto... Maneje por largos minutos absorto en mis pensamientos; lo había logrado.
Parece tan fácil a la distancia y algunos podrán pensar que hasta absurdo; pero ahí iba yo festejando mi gran triunfo... Solo una opción la planteada y ese había sido el resultado.
Caí en cuenta de que se veía un panorama diferente y tuve que dar vuelta para tomar el camino correcto de regreso a casa; ambos, papá y mamá estaban ansiosos por saber el resultado de mi decisión de no abdicar en la búsqueda de lo que decidí era la mejor opción para mí, de hecho la única opción.
Así que al ritmo de África maneje hasta casa y llegué a dar la noticia de que iría a vivir a Monterrey, otra locura que les contare en otra ocasión.
Tome una decisión, me prepare lo mejor que pude y alcance mi objetivo, no sin sobresaltos pero salí de ahí habiendo cosechado grandes amistades, enemistades perfectas por absurdas y lo que creía era el primer ladrillo de mi vida como ser no dependiente, siempre fui independiente, pero dependiente.
Un momento que regreso a mi vida asociado a una canción, un momento de triunfo y de gran satisfacción personal.
Todos tenemos momentos así en nuestras vidas, rescatemoslos del baúl de los recuerdos y analicemos que hicimos que hizo que fueran tan especiales.
La fórmula del éxito está en cada uno de nosotros, solo es necesario que la usemos.
Fija un objetivo y ve tras él, no pienses en fallar, esa no es opción
PD. Hoy desayuné habanero mucho habanero… mañana les platico porqué y con quién estoy muy enojado, aunque algunos ya lo saben por mis tweets mañaneros.
Sabes algo? creo que ya lo habías notado, y si no me gustaría comentarlo., esta es la primera vez que leo algo que refiere a tu historia, a tu vida y a tí, parte de tus recuerdos y tanto que habrá en tu memoria. Sin duda es interesante conocer lo que te ha formado y que te ha llevado a ser quién eres hoy.
ResponderEliminarDe vez en cuando escribe así.
Abrazo!