Es una pregunta que atacó mi mente de tal forma que me atrapo en la madrugada y me hizo saltar de la cama apenas pasadas las 0500 horas del día de hoy y fue provocada por un artículo de Raymundo RivaPalacio que leí en Eje Central y se titula el Anzuelo; anzuelo del que no voy yo a hablar, ya lo hizo Raymundo.
De lo que si voy a teclear es del efecto que considero más grave ante el análisis de una estrategia de división planteada desde las cúpulas de estrategas políticos en los tres principales partidos políticos mexicanos –me explico- desde el PAN se plantea la división del PRI, desde el PRI se plantea la división del PRD, desde el PRD se plantea la división del PAN y no los entretengo más con las combinaciones posibles, ustedes pueden hacer las matemáticas por si solos y hablando de matemáticas, no versa por ahí un dicho popular… Divide y Vencerás: Una teoría tan antigua que no se puede negar nunca su modernidad y que data de el año 200 a.C., pues nació mientras se intentaba resolver un problema matemático, nunca social o político, y bueno cuantos no lo hemos visto aplicarse en la empresa y en la familia –tema de otra edición de Las Locuras- y esa; es la teoría que mágicamente esos estrategas están planteando dentro de su arsenal para vencer al o a los partidos de oposición.
Otra pregunta –que preguntón amanecí- salta frente a mi al teclear esto:
¿Estarán de acuerdo que todos las organizaciones mencionadas son oposición por simple definición?
Espero que sí lo estén, pues en eso baso mi argumento del día de hoy. La oposición por definición es, sobre aquellas cosas que no forzosamente son malas o dañinas para el ser humano o la sociedad en su conjunto, sino a aquellas cosas que son diferentes a mi, a nosotros o a nuestros ideales; más encarnizado se verá el hecho de oponerse cuando de por medio existe algo de poder y riqueza.
Oponerse a lo que dice mi oponente por sola definición, es uno de los fenómenos antropológicos más enraizados en nuestro país, mismo que no quiero repasar por el solo análisis superficial que se está haciendo de los potenciales candidatos, como lo hace la mayoría de los artículos que he leído en los últimos meses y donde ninguno se preocupa sobre el efecto de tal o cual candidato.
Pienso que debemos pasar del relato de lo hechos, a un análisis de los efectos de esos mismos hechos y debemos de hacerlo desde la posición socialmente crítica adoptada de manera consciente sobre las opciones que el día de hoy tenemos para elegir a la persona –en realidad al grupo- que dirigirá y llevará las riendas de la política en México en un futuro afortunadamente cada vez más cercano; es desde esa posición que pienso que “dividir para vencer” ya no es una opción en nuestro país.
México ya no puede esperar más por las reformas laborales, fiscal, educativa, política (reconfiguración del Congreso de la Unión), de seguridad, agropecuaria y la turística entre las que recuerdo en este momento.
Pero para poder lograr dichos cambios estructurales, debemos de proveer al hombre –en realidad al grupo- que tome las riendas del gobierno en México, de los elementos mínimos necesarios para hacer bien su trabajo.
Esos elementos mínimos son desde mi punto de vista, un proyecto solidario de gobierno, un congreso en donde se puedan pasar las reformas sin tener que pagar cuotas políticas a la oposición –tema que ha demostrado su ineficacia- y una sociedad unida en torno a un proyecto de un México de largo plazo.
Y eso me deja con la última pregunta del día:
¿DÓNDE CARAJOS ESTA ESE PROYECTO DE PAÍS DEL QUE HABLAN DESDE LA OPOSICIÓN?
Me encantaría leerlo y pronto.
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