Bueno, paso el jueves, paso el viernes y Las Locuras no llegaron a estar en línea… los motivos no son relevantes, lo relevante de que me tengan escribiendo en sábado es que por fin tengo un invitado de regreso para compartir este espacio al cual le digo… Gracias!!!
Ya alguna vez me visito, si no mal recuerdo fue con “Dos horas de Sol” y me hizo reír como niño al recordarme a las famosas “Yoli´s”; porque le apuesto a que no recuerda el nombre de todas las que se “bebió” en su adolescencia…
Y como ya es conocido nuestro, aquí les dejo la Locura de mi invitado en sábado, disfrútenla…
“Amigo tu artículo del 29 de noviembre me llevo a la reflexión …
A los que gustamos de someter a nuestro cuerpo a esfuerzos, que a veces para mucho son solamente para personas locas o completamente fuera de sí, gustamos de filosofar acerca del sentido de la vida y empatarlo con este tipo de pruebas. Tal vez hasta para justificar nuestras locas aficiones.
Para mí, correr por (y en) la vida, se asemeja, a lo que tu describes, a tener una analogía entre un reto importante como una carrera de fondo. Lo importante es saber a donde quiere uno llegar. Y saber que para lograrlo habrá sacrificios y que muchas veces pasará por nuestras mentes la sensación de retirarse de la competencia. En más de una ocasión nos preguntaremos, ”¿que hago aquí? Pero siempre nos debe impulsar ese sueño de alcanzar una meta.
En una carrera, encontraremos personas que necesiten nuestro apoyo porque están a punto de rendirse, y es de gran valor impulsarles con al menos una palabra de aliento. Y me consta, que son palabras de gran valor, porque cuando nosotros estamos a punto de rendirnos sabemos que tomaremos aire y seguiremos con más fuerza cuando alguien nos diga “vamos” ó “no te rindas”. Lo mismo aplica en la vida, siempre es importante tener a nuestro alrededor personas que nos alienten en momentos difíciles, ellas saben que nosotros haremos lo mismo.
En la vida, en ocasiones, incluso sin saberlo, dejamos huella por tan solo ser un buen escucha y dar alguna palabra de aliento. Creo que es algo que no debemos de perder, es una forma de trascender en la memoria de las personas aún después de terminada nuestra carrera por la vida.
La vida al igual que una carrera de fondo no tiene que sufrirse, por el contrario, hay que disfrutarla. El vencer una colina, descubrir lugares nuevos, ver a personas con capacidades diferentes buscando también la misma meta, la endorfina que generamos a cada paso. Sentir lo anterior, todo en conjunto, cuando el corazón trabaja a su máxima potencia al cruzar la meta es algo solo comparable con “la muerte chiquita”. Por ello las personas rompemos en llanto, reímos sin parar, abrazamos al vecino o algún amigo, o simplemente levantamos los brazos inconscientemente al alcanzar la anhelada meta.
Lo mismo debemos hacer con nuestra vida todos los días. Disfrutar cada objetivo alcanzado, gozar a las personas que tenemos cerca, admirar a las personas que luchan aún en contra de grandes adversidades.
Cuando alcancemos una meta importante, debemos festejarla al máximo para finalmente recobrar nuestra respiración en el abrazo de un ser amado, para al día siguiente seguir en busca del siguiente objetivo.”
Así que estimad@ lector@ de Las Locuras; “vamos”… “no te rindas”…”sigue adelante”…
No importa que tan loco sea tu sueño, no importa que tantos obstáculos haya que sortear, si en verdad lo deseas –desde el fondo de tu ser- lo vas a obtener.
Que tengan un excelente fin de semana y nos leemos el lunes…
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