Aún es jueves, por lo que aun no acepto el reclamo de no haber escrito en Las Locuras el día de hoy, así que aquí estoy dispuesto a torturarlos con otra más de mis creaciones, que se supone debe de ser un cuento corto, pero el ánimo no esta como para ello... ¿entonces?
Entonces vamos directo a un tema muy peligroso y rasposo, pues me regresa a los inicios de este blog y se llama "libertad de expresión"; sí, esa libertad que al menos en México decimos tener y en realidad estamos muy lejos de poder tenerla o al menos ejercerla, desde el humilde –ok, nada humilde- punto de vista de este loco tecleador.
Es muy cierto que dicho derecho esta consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al igual que en muchos otros países; pero es al momento de querer ejercerla que nos encontramos con dos grandes fenómenos que coartan su legitimo ejercicio.
El primero de ellos, es el abuso, si el mismo que algunos hacen al permitirse dañar a otros a través de declaraciones absurdas y sobre todo poco sustentadas sobre la reputación de una persona o una organización.
El segundo es cuando aun teniendo la razón, es sofocada su expresión por grupos de poder o gobiernos completos, para un simple ejemplo, basta ver que ha pasado con “WIKILEAKS” y como su fundador es ahora perseguido por haber violado una lista interminable de leyes; mismas que fueron escritas por esos mismos que lo persiguen.
Pero para poder entender mi locura de hoy, démosle un vistazo más cercano a ambos fenómenos, los primeros son cobardes y mentirosos, cobardes de la mejor calidad, pues al no tener pruebas o tener miedo a enfrentar su “pequeña realidad”, salen al mundo a difamar y a atacar a otros; estos se verán frenados por su propia reputación; ese es el nombre del juego el día de hoy: “Reputación”. No hay necesidad de acallarlos, eso sucederá solo.
Ahora los medios electrónicos se hacen cargo de acabar con la reputación de esos “cobardes”, ellos crean su audiencia y esta se aleja una vez que se han dado cuenta que no son de fiar.
Esos medios electrónicos son un campo fértil para que se tenga acceso a información, para unos útil para otros tal vez no, pero ahí esta y debe de estar para que de esa manera vayamos librando la batalla final contra el cáncer más peligroso de este planeta, la falta de educación y cultura.
Aquí es donde aparecen los segundos, los que acallan las voces de las multitudes o a veces de un pequeño grupo, que expresa cosas contrarías a sus intereses.
Tal es el caso de los periodistas perseguidos por el narco o por los gobiernos o por los partidos políticos, en resumen por todos aquellos que no están de acuerdo con que no estén de acuerdo con ellos.
Tenemos como ciudadanos de cualquier país en el mundo que terminar con ambos fenómenos, los primeros tienen en su propia actividad el cáncer que los acabará; pero los segundos…
Aquí los dejo para que cada uno se forme su opinión, y les digo a los mentirosos, dejen de hacerlo, es un boomerang. A los segundos, dejen de hacerlo, ya no pueden callar las voces que reclaman transparencia e igualdad de oportunidades en cualquier latitud de este hermoso planeta.
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