Lo logré...logré ponerme a escribir nuevamente!!!

Ya es sábado y apenas me senté nuevamente frente al teclado para plasmar lo que llevo dentro en un medio no tan efímero como la memoria y eso es lo que intentaré comunicar el día de hoy a través de este espacio.
Las Locuras es un titulo que ha causado una pregunta directa sobre el mismo en más de una ocasión, y pues como hoy volví a recibir la misma pregunta, intentare contestarla a todos aquellos lectores que siguen este espacio de forma regular y que a lo mejor están por hacer la misma pregunta.
Loco, más que loco de remate diría yo, es lo que respondo cuando alguien me pide que me describa y las razones son infinitas, sin embargo las plasmaré en este espacio de la manera más eficiente posible...
Soy hijo, hermano, padre, amigo, cómplice, pareja, a veces enemigo y muchas otras cosas más; pero eso si nunca víctima, ni siquiera de las circunstancias.
Soy total y completamente responsable de lo que es mi vida el día de hoy, si bien hay cosas que no me gustan en lo más mínimo, son consecuencias de mis actos o decisiones y por ende soy el único que las puede cambiar... En algunas ocasiones no tan rápido como yo quisiera, pero definitivamente solo me ocupo de cambiar aquellas cosas que obligan a responder con un enorme si a la siguiente pregunta: ¿Esto valdrá la pena en una año?, de no ser así, se ira definitivamente al cajón de las cosas sin importancia y no gastaré la más mínima energía en modificarlas.
Y esa es la primera razón para titular este espacio Las Locuras, es una locura hacerse responsable de todo lo que se es y lo que no, porque estoy convencido de que al nacer ya somos todo lo que seremos.
Pero no solo responsable, sino soñador... A veces un soñador romántico de esos que parecen haberse extinguido a finales del siglo XV o XVI; que llevaban la espada a la cintura, montaban un hermoso corcel y defendían a cualquier persona en apuros... Y créanme eso me ha traído no pocos problemas a mi vida, pero es algo que no puedo dejar de hacer; así como tampoco podré dejar de seguir soñando. La frontera en la vida de todo ser humano está o debería de estar marcada por qué tanto es capaz de soñar para luego salir como un sabueso tras esos sueños que lo harán ser lo que en verdad es, pues no hay que encontrarse, hay que crearse y que mejor que crearse día a día en busca de hacer realidad esa ultima locura que se le presento en medio de un sueño, que seguramente vivió con ambos ojos completamente abiertos y lejos, muy lejos de estar dormido.
Pienso que todos algún día nos hemos sentido ahogados por las presiones diarias, agotados de ir cumpliendo con nuestras obligaciones, pero como ya alguna vez lo compartí con ustedes en este espacio, probablemente no todas esas cosas que llamamos obligaciones, lo son en realidad; algunas de ellas son espejismos de las cosas con las que fuimos llenando vacíos o rellenando espacios que parecían estarlo y no nos dimos cuenta, que esos espacios estaban destinados a estar así, llenos solo por nosotros mismos.
Pero no importa hasta donde tenga el agua este loco tecleador, si el agua está a la altura de la cara, seguramente usaré ambas manos para hacer olas con ella y ver que sucede, así de loco estoy y estoy seguro que esa parte de mi no va a cambiar.
Como se dan cuenta, hoy simplemente decidí ponerme a escribir sobre lo que estaba yo soñando despierto y pues esta fue la locura que me salió, tal vez ya la próxima semana regresemos a darle contenido a estas paginas de manera más frecuente, hay ahí afuera muchos temas dignos de ser revisados desde el cristal de un loco, loco tecleador que les desea un hermoso fin de semana.

- Se supone les diga que escribí esta locura usando una aplicación llamada BlogPress desde mi iPad... Listo!