Acerca de mi...solo un poco.

Mi foto
Soy padre, contador público, maestro en alta dirección, activista social y político, jugador de golf y corredor de autos, admirador y promotor de la cocina y vino mexicano; Ironman. Me gusta compartir lo que pienso, crítico ampliamente a mi país y el estatus quo del mismo. Quiero lograr que este foro sirva como un lugar fértil para poder expresar lo que sentimos y pensamos sin perder de vista que somos responsables de lo que se pública y nunca debemos de permitirnos dañar a alguien a través de este medio. Sígueme en Twitter @luisgomezt

jueves, 31 de marzo de 2011

Cuando de expectativas se trata...


Otra vez en un avión… con rumbo conocido, pero desconocido el resultado de la nueva travesía; desde aquí mis querid@s lector@s de Las Locuras es que me he puesto a teclear sin usar teclas, bendita tecnología.
¿Qué vamos a hacer sin Steve Jobs? Esta es una pregunta que merece un espacio para intentar contestarla y no será hoy.
Si no mal recuerdo, ya alguna vez pase volando cerca de algo llamado “expectativas”, esas que nos fijamos como resultado de un proceso mental ligado a la espera de tal o cual resultado.
Todos nos fijamos expectativas sobre nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestros amigos y nuestra pareja entre muchas otras más; en varias ocasiones nos quedamos vacíos esperando que se cumplan y eso puede haber sucedido por un sin fin de razones.
Pero una de ellas está ligada a la comunicación, ese proceso del cual los seres humanos nos jactamos de dominar, cuando en realidad no lo hacemos.
Entender el punto de vista de otro, no implica que lo compartamos, simplemente lo entendemos.
Al nacer somos expuestos a millones de estímulos que nos  dan forma, le dan forma a nuestra personalidad con el paso de los años, le dan forma a nuestros anhelos y deseos más profundos, esos que se escriben sobre piedra en alguna parte de nuestra conciencia profunda o inconsciente.
Una vez que están ahí comenzamos a esperar que el mundo gire a su alrededor y nos olvidamos de que en realidad giramos parados sobre el mundo y este no cambiará su ritmo por nosotros.
Entonces, ¿hacemos mal teniendo expectativas?
No, definitivamente no, el error está en no sabernos muchas veces adaptar a las circunstancias nuevas o simplemente ignoradas que generan un resultado no esperado –bueno o malo- simplemente no esperado.
Las sorpresas –buenas y malas- son variaciones de nuestras expectativas, cuando recibimos una grata noticia o una caricia no esperada, nuestras expectativas no solo se cumplieron, sino que se superaron; sin embargo cuando sucede lo contrario nos llegamos a sentir frustrados, enojados o decepcionados.
Esta suma de sentimientos nos lleva de vuelta a la necesidad de comunicarlos y buscar en el que falto a nuestras expectativas una explicación o razón de peso para tirar una pala de tierra sobre el tema y seguir adelante; pienso que eso es un error.
Es un gravísimo error, pues es muy probable que ese que nos falló, nunca haya estado enterado de lo que se esperada de el; lo que me lleva de vuelta a la comunicación, una deficiente o mala comunicación, da como resultado una expectativa fallida.
Y bueno, después de todo este rollo, se han de preguntar: ¿A dónde va Luis en esta ocasión?
Simple, si quieres algo, pídelo; si no quieres algo, pídelo.
Comunícate con tu entorno de la forma más eficiente posible y es muy probable que entonces cada vez más esas expectativas sean satisfechas.
Que tengan un hermoso jueves lleno de éxitos… Nos leemos después.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Con algunas canas más en la cabeza


Estimad@s lector@s de Las Locuras, mi ausencia más prolongada desde la creación de este espacio ha llegado a su fin y digamos que dicha ausencia ha dejado lleno el tintero de temas pendientes que abordar, desde los personales hasta los globales, pasando por la política –¡ah¡ qué año que se espera-, los desastres naturales y los provocados por nosotros mismos, la crisis en medio oriente, las vicisitudes diarias para poner fin a una pequeña lista que en verdad es muy extensa.
Y antes de entrar en materia, demos un paseo por lo mundano, pues hay ya un servicio que pienso será de gran utilidad para muchos usuarios de telefonía celular y es la oportunidad de poder comprar tiempo aire desde internet –si- tal y como lo leyeron, ahora pueden hacer recargas celulares con cargo a su tarjeta de crédito o débito desde su oficina, casa o auto sin necesidad de la molesta parada en una tienda de conveniencia, comprar una ficha en un semáforo o ir a un cajero automático para poder hacerlo.
El servicio de Tiempo Aire Electrónico (TADE), les permitirá contar con una cuenta de usuario registrado y realizar recargas no sólo a su número celular, sino a cualquier otro número que deseen hacerlo de forma segura y rápida; y sin ningún costo adicional.
Así que ahí esta, información útil que comparto como un servicio a la comunidad… ¿se acuerdan del Tío Gamboín? El era el dueño de esa frase haya en los 70´s. OK, acabo de ruquear de una manera espectacular y con esa frase famosa de por medio me voy directo a lo que mis dedos desean plasmar en este espacio.
Ya se nos acabo el primer cuarto del año y con ello otra vez una medida de tiempo que hay que aceptar y vivir con ella.
Hoy estoy más disperso que nunca, mis pensamientos desordenados han hecho crisis junto con los sentimientos que de ellos emanan como si fuera un borbotón incontenible de fuegos artificiales multicolores.
Así que si de repente sienten que me perdieron al intentar seguir el orden inexistente de este texto, no crean que son ustedes, siempre he sido así y así seguiré siendo.
¿Hacía dónde me dirijo?
Otra vez la misma pregunta que se hace presente cada vez de manera más frecuente y no es retórica al mismísimo estilo de los grandes –o pequeños- políticos, es una reflexión que se plantó de una vez y por todas frente a mi… Digamos que es como una llegada tardía a mi vida de lo que se conoce como la crisis de los 40 y no esta en ningún momento relacionado con las canas que comienzan a ser cada vez más evidentes, porque esas ya estaban presentes desde los 30´s.
Y provoca que esa simple pregunta se convierta en una serie de reflexiones; no sobre el futuro, tampoco sobre el pasado, sino sobre el presente y como este está ayudando a construir el futuro que quiero y como llegué a donde estoy parado el día de hoy.
Ha llegado de la hora de hacer un alto, tomar el rumbo que debo tomar y dejar de lado los ruidos y distractores que de manera permanente te sacan de foco y te hacen cometer errores que concentrado jamás cometerías.
¿Ya se dieron cuenta?
Ni aquí puedo mantenerme ajeno a esos distractores, por eso es que volveré a pedirles que hagamos este espacio lo más interactivo posible.
¿Qué opinan? ¿Qué debo hacer? ¿A dónde ir?
Pienso que conozco cada una de las respuestas, pero  y ¿ustedes que harían?
Nos leemos mañana o pasado, no lo sé, pero nos leeremos.

sábado, 5 de marzo de 2011

¿Y el ego dónde quedo?

Dos entradas el mismo día, y solo tu podías ser la culpable de este titulo.
Te conozco desde hace aproximadamente 30 años y hoy como casi siempre que decides ser certera y mordaz, me arrancaste una sonrisa de lo más hondo de mi ser...
Y ante un halago tan grande como el recibido al darme cuenta de que en tu blog existe una liga directa al mío, solo puedo corresponder con una acción que me permita dejar claro, que tu sí sabes que hacer con la pluma, tu sí escribes... Yo solo tecleo!!!
Así que queridos lectores de Las Locuras, no dejen de visitar
vicisitudescotidianasyotrastitiringas en donde podrán encontrar lecturas mucho más serias y profundas, sin la carga de sarcasmo y habanero que me caracterizan.
Y a la autora, solo le digo... TQUCH
Gracias por esa probadita de azúcar para mi ego, mil gracias por el enlace a mi blog, pero millones de gracias por ser mi amiga y seguir siendo la misma chispa en la vida de los suertudos que te tenemos cerca.

- Se supone les diga que escribí esta locura usando una aplicación llamada BlogPress desde mi iPad... Listo!

Y al final termine jadeando...

Hoy cogí y me levante, mi día comenzó como cualquier otro, un salto de la cama a los 3 segundos de haber escuchado mi despertador, corrí al baño con la idea fija en la cabeza de poder terminar de manera exitosa mis tareas cotidianas.
Salí de bañarme, pensando que debería de llevar conmigo los papeles para un tramite importante, corrí al refrigerador, tome lo que pude de desayunar - ese día había decidido iniciar una rutina más estricta de alimentación- olvide eso y desayuné huevos con machaca...
Me subí al auto, camino a mi oficina recordé que debía llevar esos papeles importantes, decidí regresar por ellos, pero el tiempo no me dejaba, volvería a la hora de la comida.
Llegue a la oficina, mi reunión no comenzó a tiempo y eso me molesto, que respeto tienen los demás por mi tiempo...
Una vez terminada la mentada reunión, me dirigí a preparar la información que debía entregar ese día antes de las 12:00, me llamaron a una reunión urgente, en la cual solo escuche sin participar, ¿Para que demonios me querían ahí? Aun no lo sé.
11:45 del día, ya llevaba 7 horas levantado y aun no lograba hacer nada.
Llamadas, Correos urgentes -no es cierto- y así paso una hora mas.
Deseaba hablar con mis hijas, aun no era hora de que salieran del colegio, tenia que esperar hasta las 15:00 horas... Les adelanto que no hablé con ellas ese día, me di cuenta que debía hacerlo casi a media noche cuando termine de atender mis "asuntos urgentes".
Comí en mi escritorio, un sandwich -no incluido en mi rutina alimenticia- seguí atendiendo cosas urgentes, llamadas, más correos, un desesperante enfrentamiento con el área de soporte técnico - ahora entiendo a mis usuarios- y llego la hora de salir corriendo a una cena.
La cena transcurrió sin la esperada frase: "ok, estamos de acuerdo"...había que intentarlo nuevamente otro día.
Resultado del día, fui víctima de mi mismo y de la prisa por llegar, hacer, acordar, resolver y al final... No hice nada importante, atendí solo lo urgente y hoy que me siento frente a mi teclado, me doy cuenta que no solo no logre lo que me propuse, sino que acabe exhausto y con muy pocas ganas de repetir la rutina al día siguiente.
Había que encontrar una nueva formula que me ayude -al memos me aligere- un poco la necesidad de correr todo los días, todo el santo día.
Pero así somos, somos toda una generación que duerme menos de 6 horas diarias, que carga sobre sus hombros la necesidad de hacer más con menos, de mantenernos comunicados todo el tiempo, el correo, las llamadas, twitter y a veces, y solo si el tiempo y las prisas nos lo permiten, Facebook y una que otra visita por Amazon y las nuevas opciones para Kindle (que seguramente no leeré en el mes en que las compre) o el "wish list" de las series de televisión que seguramente veremos varios meses después para enterarnos que la primera temporada que nos atrapo fue en verdad la ultima...
Creo que solo escribir sobre ese día me volvió a dejar exhausto, completamente exhausto y jadeando.
Así que igual que siempre en este espacio de locuras, me di a la tarea de buscar aprender algo de lo vivido y pienso que debemos de permitirnos hacer un alto y evaluar si vamos a donde queremos y si corriendo llegaremos más rápido o solo llegaremos más cansados; personalmente voto por la segunda opción.
Nos leemos pronto y ya no prometo no abandonar este espacio, haré una pausa y tal vez yendo más lento pueda no dejar de hacer esto, que personalmente amo y disfruto muchísimo.
Éxitos!!!



- Se supone les diga que escribí esta locura usando una aplicación llamada BlogPress desde mi iPad... Listo!