Hola estmad@s lector@s de
Las Locuras -si es que aún queda alguno- después de tantos y tantos días de abandono…
aquí estoy de vuelta, no sé si para quedarme, pero aquí estoy.
¿Qué fue lo que me paso?
Pues creí haberme curado,
si curado, de esta hermosa condición llamada “Locura”… y pues estoy tan loco
que creí que ya no estaba.
Aparentemente se me había
agotado la capacidad de llenar este espacio con mis sentires, mis amores y mis
desamores, mis sueños y mis logros, mis críticas y mis errores, simplemente no
podía pasar por este espacio sin que al terminar de teclear me pusiera ese
disfraz de crítico literario que, por supuesto, acababa haciendo añicos todo lo
escrito y me llevaba de la mano a borrarlo o simplemente pulsar el icono de “No
Guardar” y así fueron transcurriendo los días y los meses.
Meses en que me sentía
como si estuviera muerto en vida, sin locuras que hacer o que inventar para
luego olvidar, y de esa forma, poder crear la siguiente locura sin el menor
remordimiento.
Comencé a aceptar esas
pequeñas reglas, que dicen, “no puedes ser feliz”… eres todo lo que eres, pero
feliz no. Y claro que me estaba equivocando, pues no puedo ser feliz manteniéndome
cuerdo y aburrido –ok, tal vez solo cuerdo- pero encerrado en esa falsa
ausencia de locura es que deje pasar muchos días sin que algo más allá que mis obligaciones
me levantará de la cama y me hiciera sonreír.
Sin embargo mi instinto –sí,
ese básico, que además es parte medular de cualquier que se precie de estar
completamente loco- me hizo volver a mirar, a analizar y sobre todo a explorar
sin miedo al fracaso y mucho menos al rechazo.
Y pues lo hice, me atreví
a tirarme nuevamente desde las alturas, y hasta ahora estoy disfrutando
enormemente el paseo – como si fuera un paseo dominical por la ciudad- así de
tranquilo y embelesador han sido estos días en los que abrace nuevamente a mi
Locura.
Si estás dispuesto a
hablar de tus sentimientos, debes de estar listo para ser criticado, es por
ello y solamente por ello que aún sigo enviando solamente “atentos saludos”; pues
digamos que en el diario de un loco, eso significa mucho más y es increíble saber
que no soy el único loco que lo piensa así.
Para no perder la
costumbre, acabo de darme cuenta que he divagado ya, por más de 400 palabras, y
aún no digo nada.
Es maravilloso estar loco
de nuevo, si es que alguna vez deje de estarlo, cosa que no creo y espero...
Lector@s de las locuras,
gracias anticipadas por haberme leído, no sé cuándo pasaré de nuevo por
este espacio, pero si les puedo decir que este loco, sigue completamente loco y
mucha de esa locura la inspiran ustedes.