Lectores de las Locuras, pues como lo prometí ya estoy de regreso a torturarlos con mis Locuras, y regreso para compartir con ustedes algunas reflexiones sobre los cambios en las vidas de los seres humanos, la forma en que estos afectan nuestro entorno y como una vez asimilados son fácilmente analizables, pero sobre todo son mucho más agradables aunque al principio no lo hayan parecido. Abrir puertas, cambiar tu entorno o decir lo que piensas son solo unos cuantos factores que siguen a un cambio drástico en nuestras vidas.
Abrimos las puertas a nuevas oportunidades, es decir nos damos la oportunidad de hacer un alto en ellas para evaluar el rumbo que seguimos y si es que este rumbo es el deseado o es solo cuestión de un accidente llamado circunstancia.
Pero lo más importante de abrir puertas, es que descubrimos que hay muchas razones para mantenerlas abiertas; cada día se presenta una nueva oportunidad ante nosotros y es ignorada la mayoría de las veces, ¿porqué? Pues porque tenemos las puertas cerradas.
Y en muchas ocasiones, estas puertas están cerradas para nuestros seres amados, para nuestra familia y para nuestros amigos. Y si están cerradas para ellos, ¿no lo están también para nosotros mismos? Pienso que sí, así que si durante los siguientes días tienen la oportunidad de sentarse a meditar sobre el rumbo de sus vidas, háganlo, el resultado les sorprenderá.
Si te imaginas tu vida como una carrera, esta definitivamente no es una carrera de velocidad, ni siquiera una carrera de medio fondo… algunos podrían pensar que es un maratón; pero habiendo hecho las tres cosas en mi vida al menos en una ocasión, es que llegue a la conclusión que no es ninguna de estas tres, es algo así como un “Iron-Man” –aclaro, mismo que no he hecho, aún- en donde tenemos que poner a prueba nuestras capacidades físicas, pero sobre todo mentales.
Debimos de habernos preparado de la forma adecuada para cualquiera de estas competencias, haber estado bajo un régimen alimenticio y de sueño correctos, tuvimos tal ves que haber tomado varios complementos alimenticios; pero sobre todo lo anterior debimos de haber tomado la decisión –en un punto X de nuestras vidas- para hacer dicha actividad.
Durante los “n” años que vive un ser humano debería de estarse preparando para su competencia personal, algunas veces por elección, otras veces porque le toco estar en determinada circunstancia; esa competencia que tendrá que dar en lo afectivo, en lo social, en lo político, en lo espiritual, en lo físico, en lo económico, en lo intelectual, en lo sexual, en lo familiar y en cada una de las diferentes facetas que conforman su vida.
Dicha preparación a veces se da como si fuéramos a correr unos cuantos metros, y esto no sucede jamás –no son pocos metros- y es ahí donde comienzan las fracturas en las diferentes áreas de nuestro desarrollo.
Estimados lectores de Las Locuras, hagan un alto momentáneo en su carrera y vean si es que están haciendo lo necesario para el “sprint” final que a todos nos tocará dar…pero no solo eso, verifiquen que estén corriendo la carrera que en verdad desean correr.
Llegar a la meta no es lo más importante, lo es el proceso para poder llegar a ella lo que diferencia a los que lo logran de los que no.
Balance es la palabra adecuada, algo muy difícil de lograr, pero es ahí donde logramos poner equilibrio a nuestras vidas y encontráremos sin duda la plenitud.
Que tengan una excelente semana, nos leemos pronto con otra locura más.